Emprendedor empresario y empresario emprendedor: combinación ganadora
En el mundo de los negocios, emprendedores y empresarios comparten el mismo objetivo: hacer crecer un proyecto y alcanzar el éxito, pero lo hacen desde perspectivas, habilidades y contextos diferentes.
A lo largo de mi experiencia como mentor, he visto cómo los puntos fuertes de uno pueden ser las carencias del otro. Comprender qué diferencia a un emprendedor de un empresario —y aprender del perfil complementario— puede marcar la diferencia entre un proyecto estancado y uno que evoluciona con solidez.
En este artículo explico qué caracteriza a cada uno según mi visión, qué puede aprender un empresario del emprendedor, y qué puede aprender un emprendedor del empresario.
Una anécdota: cómo comprendí la importancia de ambos perfiles
En la reunión de un directorio de una empresa de servicios tecnológicos que contaba con una planta de aproximadamente trescientos empleados, en la que estaba como facilitador, observé cómo cada miembro estaba enfocado exclusivamente en su área, sin ver el panorama completo.
Me di cuenta de que esta mirada parcial es habitual en entornos empresariales y que contrasta con la visión de 360 grados que suele tener un emprendedor. Esta experiencia fue clave para entender que emprendedores y empresarios tienen mucho que aprender uno del otro.
El empresario es experto en ejecutar dentro de su estructura, pero con riesgo de perder adaptabilidad y visión global. El emprendedor es creativo y flexible, pero a veces sin procesos sólidos ni estructura para sostener el crecimiento.
Este contraste no es un defecto, sino una oportunidad. Cuando ambos perfiles se combinan, la toma de decisiones es más completa y efectiva.
Lo que define al emprendedor
El emprendedor es quien inicia un proyecto desde cero. Suele trabajar con recursos limitados, alta incertidumbre y mucha determinación.
Rasgos principales del emprendedor
Buscador de oportunidades: siempre en alerta para identificar problemas y diseñar soluciones.
Creatividad y adaptabilidad: diseña soluciones desde cero y se ajusta rápido a los cambios.
Enfoque en la rentabilidad: atiende de cerca el uso del dinero y los recursos.
Resiliencia: se levanta tras cada tropiezo y sigue adelante.
Visión de 360 grados: participa en todos los aspectos de su proyecto.
Carencias habituales del emprendedor
Falta de estructura y procesos claros.
Dificultad para tomar decisiones ejecutivas rápidas.
Necesidad de mejorar liderazgo y delegación.
El emprendedor que aprende las habilidades de gestión propias del empresario aumenta sus posibilidades de pasar de un proyecto inicial a una empresa sólida.
Lo que define al empresario
El empresario es quien dirige una organización o parte de ella, gestionando recursos, equipos y procesos ya establecidos.
Llamo empresarios no solo a los dueños, accionistas o socios. También a quienes llevan adelante la empresa, personas que, desde su puesto o rol, tienen injerencia en la toma de decisiones para lograr los objetivos de un área o de la organización en sí.
Rasgos principales del empresario
Enfoque en resultados: prioriza el cumplimiento de objetivos claros.
Gestión de recursos: maneja presupuestos y equipos con eficacia.
Ejecución en estructura: opera mediante procesos y métodos ya establecidos.
Orientación al management o gerenciamiento: administra áreas y responsabilidades específicas.
Carencias habituales del empresario
Falta de visión creativa y adaptabilidad frente a nuevos proyectos.
Poca experiencia en iniciar algo desde cero.
Visión parcial, de 180°, centrada en su área.
El empresario que adopta la actitud y flexibilidad del emprendedor puede innovar dentro de su organización y evitar que la burocracia frene nuevas oportunidades.
¿Qué pueden aprender el uno del otro?
Tanto el emprendedor como el empresario se benefician al incorporar las fortalezas del otro. Este intercambio no solo mejora la gestión, sino que amplía las posibilidades de éxito.
Lo que el emprendedor puede aprender del empresario
Estructurar procesos y metodologías.
Tomar decisiones ejecutivas rápidas.
Gestionar equipos y delegar eficazmente.
Manejar recursos a mayor escala.
Lo que el empresario puede aprender del emprendedor
Tener visión global del negocio.
Buscar soluciones creativas y adaptables.
Detectar y aprovechar oportunidades de mercado.
Innovar sin miedo a romper esquemas establecidos dentro de la organización.
Cuando un perfil incorpora lo mejor del otro, surge un empresario-emprendedor o emprendedor-empresario, capaz de iniciar, consolidar y escalar un negocio con visión integral.
Un buen emprendimiento necesita tanto la visión creativa y adaptable del emprendedor como la estructura y eficiencia del empresario.
Es ideal que el perfil del emprendedor y del empresario confluyan en una misma persona, porque comparten un mismo objetivo: lograr el éxito a partir de un proyecto, una idea, un desarrollo nuevo, es decir, un desafío. Sea propio, personal o en el contexto de una organización.
Si eres empresario, adopta la mirada del emprendedor para innovar. Si eres emprendedor, integra las habilidades del empresario para sostener tu crecimiento.
Cuando ambos mundos se encuentran en una misma persona o equipo, el resultado es un proyecto más fuerte, equilibrado y preparado para enfrentar cualquier desafío, tanto dentro de una empresa ya creada, como en la creación de un nuevo proyecto que se proponga convertirse en empresa.