El ciclo de vida de tu próximo emprendimiento
Cada emprendimiento es un mundo. Un mundo dentro del mundo que compartimos. Sin embargo, mi experiencia como emprendedor y mentor me llevó a comprender que hay situaciones comunes que se repiten en la mayoría de los “mundos”, sin importar el rubro ni el tipo de proyecto, y que están relacionadas con el momento que atraviesa todo emprendimiento. Entenderlas puede ayudarte a prever obstáculos, tomar mejores decisiones y evitar dolores de cabeza. No se trata de tener una bola de cristal, sino de aplicar un método que aumente nuestra capacidad de prever consecuencias y actuar con más claridad.
En este artículo hago una lista de los desafíos de cada etapa del emprendimiento y, al declararlos, podría decirse que también estoy adelantando a qué tenemos que prestarle atención. Paro para ir al detalle, te recuerdo que puedes indagar con mayor profundidad en El zorro y la teoría del jumbo.
La necesidad de adoptar un método para emprender
Tener un método no garantiza tener éxito. El éxito, que por cierto es un concepto bastante subjetivo, depende de muchas variables. Entre ellas, las personas que participan del emprendimiento.
Pero tener un método sí reduce notablemente la posibilidad de que aparezcan ciertos problemas. Aporta orden y, desde allí, el deseo de cualquier empresario o emprendedor: previsibilidad.
Un método nos permite anticipar y evitar errores como el de fabricar productos sin haber validado antes que alguien realmente los necesita.
Esto lo viví en carne propia en Root4, una plataforma que unía causas sociales justas con personas y organizaciones que buscan cómo ayudar. En esa experiencia avanzamos sin antes validar la idea con los potenciales clientes. Y luego de trabajarla, notamos que no estaban tan interesados. El resultado fue, en una primera etapa, tiempo y dinero desperdiciados.
Con Root4 creíamos que estábamos listos para correr cuando aún no habíamos aprendido a caminar. Así, experimentamos un gran dolor por habernos saltado una parte importante del ciclo de vida de un emprendimiento, que incluye etapas y desafíos diferenciados que todo emprendedor o empresario debe conocer.
El ciclo de vida de un emprendimiento: etapas y desafíos
Puedes mirar a la naturaleza, mirarte a ti mismo y comprender que existimos gracias y a través de ciclos. Entonces, ¿por qué los emprendimientos, una creación profundamente humana, iban a ser la excepción? Al igual que las personas, los emprendimientos tienen un ciclo de vida que se basa en tres momentos:
Gestación
Nacimiento
Crecimiento.
¿Dónde está la muerte? Bueno, en cualquiera de los tres momentos puede ocurrir. Es parte del ciclo de vida. También puede suceder que, al alcanzar sustentabilidad económica y estabilidad, un emprendimiento deje de ser tal y entonces se convierta en una empresa. A este momento podemos llamarlo "madurez", pero no es el centro de mi análisis. Concentremos nuestra atención en los dos primeros momentos, que son los más frágiles y más dudas generan. O acaso no te has preguntado: ¿tengo lo necesario para emprender? ¿Podré llevar adelante mi emprendimiento sin que fracase?
Etapas dentro de la gestación y nacimiento de un emprendimiento
Entre estos dos momentos podemos diferenciar 6 etapas. Las tres primeras responden a la gestación. Y las siguientes al momento del nacimiento.
Etapas de gestación:
Etapa 1: Problema o necesidad
Etapa 2: Prototipo de solución y validación
Etapa 3: Prototipo del negocio o emprendimiento
Etapas de nacimiento:
Etapa 4: Desarrollo y validación del primer MVP
Etapa 5: Creación del plan de negocio
Etapa 6: Ejecución del emprendimiento
Veamos una por una.
Etapa 1: Problema o necesidad
Todo comienza con la identificación de un problema o una necesidad real. Si no entendemos qué queremos resolver, es imposible crear una solución útil.
Como adelanté, lo viví con el emprendimiento Root4: creíamos entender el problema de nuestros clientes, pero en realidad solo habíamos interpretado lo que nosotros creíamos que necesitaban. Diseñamos una plataforma sin confirmar si era útil. Y no lo era.
En contraste, puedo contar sobre el caso de Alaska Aventura. Viajamos a Alaska, experimentamos las dificultades de vivir ese tipo de aventura y luego diseñamos un servicio turístico basado en esos aprendizajes reales. Nos habíamos convertido en nuestros propios clientes, y eso nos permitió entender con claridad el problema.
Los desafíos más importantes de esta etapa son claros:
Escuchar activamente al cliente, sin que él diseñe la solución.
Validar que el problema existe y que hay suficientes personas dispuestas a resolverlo.
Empatizar sin caer en suposiciones.
Etapa 2: Prototipo de solución y validación
Aquí buscamos diseñar una posible solución al problema detectado. El objetivo es hacerlo de forma simple, invertir poco tiempo y dinero, y validar rápido si realmente sirve.
En San Telmo House hicimos exactamente eso: diseñamos un prototipo de las habitaciones en papel y lo mostramos a estudiantes y turistas. Con sus devoluciones, ajustamos el diseño antes de construir. El resultado fue un producto que funcionaba porque fue pensado junto con el cliente.
En esta etapa los principales desafíos son:
No caer en la tentación de construir el producto completo sin validación.
Lograr que la solución que pensemos sea verdaderamente útil.
Y hacer que la solución y la validación de esa solución nos cueste lo menos posible.
Etapa 3: Prototipo del negocio o emprendimiento
Una vez validada la solución, toca preguntarse: ¿esto puede ser un negocio? Aquí desarrollamos un primer prototipo del negocio, simple, pero lo suficientemente claro como para decidir si avanzar o no.
Por ejemplo, una emprendedora repostera empezó a recibir tantos pedidos que tuvo que rechazar algunos. Eso le confirmó que había mercado, lo que la llevó a dejar su otro trabajo y dedicarse de lleno al emprendimiento.
Por el contrario, en el emprendimiento de chacinados Il Salumiere desarrollamos productos sin preguntar a los clientes cuánto estarían dispuestos a pagar. Cuando lo hicimos, nos dimos cuenta de que el precio que necesitábamos cobrar no era viable para ellos.
En esta etapa los desafíos que más destacan son:
Dimensionar el mercado y evaluar el volumen del negocio: ¿es viable este negocio? ¿Existe una verdadera oportunidad de negocio?
Analizar el contexto: insumos, habilitaciones, regulaciones.
Validar si somos capaces de vender y si podemos diferenciarnos de la competencia.
Etapa 4: Desarrollo y validación del primer MVP
El MVP (producto mínimo viable) es una versión funcional de la solución que ya puede ser usada por el cliente. El objetivo es comprobar que el producto o servicio resuelve efectivamente el problema. En esta etapa puede que todo lo anterior se tambalee. Puede que el MVP revele fallas en el diseño o en la propuesta de valor. Pero si logramos validarlo, estaremos más cerca de un negocio real.
Aquí los desafíos centrales son:
Identificar si somos capaces o no de crear una solución que funcione tanto para el cliente como para nosotros.
Evitar hacer más de lo necesario.
Seguir avanzando en el desarrollo de nuestro emprendimiento, habiendo validado nuestro producto o servicio.
Etapa 5: Creación del plan de negocio
Con un MVP validado, es momento de desarrollar un plan de negocio más detallado. Aquí nos ponemos serios: costos, canales de venta, proyecciones financieras, estrategia comercial, estructura legal. Este plan será nuestra hoja de ruta, y aunque seguramente cambiará con el tiempo, nos permite tener un marco de referencia sólido.
Los desafíos que más destacan en esta etapa son:
No postergar esta etapa: muchos emprendedores la evitan.
Ser realistas: basar el plan en validaciones previas.
Considerar todas las áreas: producto, ventas, operaciones, finanzas.
Etapa 6: Ejecución del emprendimiento
¡Hora de salir al mundo! Es la etapa donde salimos al mercado. El emprendimiento nace, y con él, surgen desafíos nuevos: ventas, atención al cliente, operaciones, equipo, logística.
Aquí empieza la verdadera prueba. Es la etapa donde todo lo planeado se pone en acción, y donde necesitamos más que nunca foco, flexibilidad y capacidad de aprendizaje.
Los principales desafíos de esta etapa son:
Ejecutar sin perder la esencia del propósito inicial.
Aprender rápido de los errores.
Saber cuándo insistir y cuándo adaptar.
Ahí lo tienes. Dos momentos, seis etapas y múltiples desafíos, información clave para avanzar con claridad en cualquier emprendimiento, recordando que este saber no garantiza el éxito, pero puede ayudarnos a bajar la cantidad de errores que podrían presentarse y a tomar mejores decisiones.
Aun así, conocer estas etapas es como mirar solo la hoja de un árbol, sin ver las raíces que lo sostienen ni el bosque que lo rodea. Para conocer más, recuerda que puedes profundizar en mi libro El zorro y la teoría del jumbo.
Mientras tanto, recuerda que las ideas son bonitas, pero son las acciones las que crean el futuro. No solo el nuestro como personas, sino también de quienes están alrededor de nuestro emprendimiento.